Derrame de petróleo afecta zona protegida por la UNESCO
La Alianza Mexicana contra el Fracking, junto con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Carto Crítica, Greenpeace México y otras 14 organizaciones civiles, ha denunciado a Petróleos Mexicanos (Pemex) por su responsabilidad en un derrame de hidrocarburos que ha impactado desde hace más de 40 días a la comunidad indígena de Ojital Viejo, en Papantla. Esta área, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en tres ocasiones, enfrenta severos daños a su ecosistema y a la salud pública.
Según un boletín emitido por las organizaciones, la fuga, que comenzó el 21 de agosto, ya ha resultado en la muerte de especies nativas y animales domésticos. La contaminación ha llegado a pozos y parcelas agrícolas, poniendo en riesgo la salud de los habitantes de Ojital Viejo y comunidades cercanas como Coatzintla. Además, la fuga afecta un arroyo que desemboca en el río Cazones, extendiendo así la contaminación hacia el Golfo de México.
Los días 28 y 29 de septiembre, miembros de la Alianza Mexicana contra el Fracking documentaron la situación y constataron que Pemex había enviado únicamente una cuadrilla de ocho empleados, quienes utilizaban herramientas rudimentarias y carecían de equipo especializado para atender el derrame. Las acciones de remediación se limitaron a remover el suelo contaminado y depositarlo cerca del arroyo, sin tomar medidas de seguridad adecuadas. Las recientes lluvias del 1 de octubre han agravado la dispersión de los hidrocarburos.
Las organizaciones denunciaron que los habitantes de Ojital Viejo y las comunidades circundantes enfrentan un trato discriminatorio y negligente por parte de Pemex y otras instancias responsables. Hasta la fecha, no ha habido intervención por parte de ninguna autoridad para remediar el daño a la flora y fauna ni a la salud de los residentes. Además, la falta de información oportuna sobre la magnitud del derrame y las acciones para contenerlo ha sido una constante.
Frente a la ausencia de apoyo gubernamental, la comunidad se ha organizado para exigir atención y convocar la solidaridad de voluntarios, quienes han estado informando a través de redes sociales, realizando brigadas de atención a la fauna afectada y ayudando a los vecinos a comprender el alcance de la contaminación.
El derrame fue detectado el 21 de agosto, cuando un fuerte olor a azufre alertó a los residentes. Se identificó la fuga en uno de los dos oleoductos que atraviesan la zona, junto a dos gasoductos. Estas infraestructuras, en operación durante más de 70 años, han sido responsables de múltiples incidentes. “Este no es un hecho aislado; es parte de una dinámica de constantes impactos derivados de la actividad petrolera en la región”, afirmaron las organizaciones en su comunicado. A pesar de los reconocimientos de la UNESCO, este territorio ha sido tratado por Pemex y las autoridades mexicanas como una “zona de sacrificio”.
Las comunidades afectadas y las organizaciones firmantes exigen a Pemex el retiro inmediato de los lodos y materiales contaminados, así como financiamiento para la restauración de los ecosistemas y cultivos dañados. También solicitan atención médica para los afectados y un mantenimiento urgente de los ductos y demás instalaciones en la zona. Asimismo, demandan que las autoridades reguladoras implementen sanciones ejemplares contra Pemex y que el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo destine recursos para la remediación de los sitios contaminados por hidrocarburos.
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